Misión humanitaria para atender a los miles de damnificados por el terremoto que asoló Haití en 2010.
Pocas horas después de que un terremoto de magnitud 7 en la escala Richter asolara Haití, la comunidad internacional se puso en marcha para ayudar al país más pobre de América enviando ayuda humanitaria y especialistas en rescate.
España coordinó la ayuda de la Unión Europea cuya presidencia ostentaba ese semestre y puso a su disposición el Centro Logístico Humanitario de la Cooperación Español que la AECID tenía en Panamá.
La primera ayuda humanitaria enviada por España a Haití llegó el 14 y 15 de enero en aviones fletados por el Ejército del Aire. En ellos también viajaron 40 miembros de la Unidad Militar de Emergencias especialistas en rescate, sanidad y transmisiones, miembros de la Guardia Civil, del SAMUR, voluntarios y personal de la AECID.
Como parte de la operación Hispaniola, días después partió de la base naval de Rota (Cádiz) el buque de asalto anfibio Castilla con 423 militares. En el buque, además, embarcó una unidad con 27 médicos y sanitarios y 23 guardias civiles.
El buque contó con una unidad aérea formada por un helicóptero Sikorsky SH-3D y tres Augusta Bell AB-212. Una de estas últimas aeronaves sufrió un accidente cuando regresaba a Haití desde la República Dominicana donde había recogido un envío logístico procedente de España. Fallecieron sus cuatro ocupantes.
Los militares españoles desarrollaron su labor en Petit Goave, a 70 kilómetros de la capital Puerto Príncipe, una de las ciudades más afectadas por el terremoto. La unidad sanitaria atendió a más de 8.000 personas, asistieron dieciséis partos y se aplicaron 21.000 vacunas.
Los zapadores, por su parte, retiraron 8.600 metros cúbicos de materiales de deshecho, removieron 15.000 metros cúbicos de tierra, rehabilitaron infraestructuras que permitieron la apertura de la maternidad del hospital y siete colegios y repararon la central eléctrica que suministraba energía a tres municipios.
Los militares españoles también instalaron un campo de desplazados con capacidad para 150 familias, potabilizaron 600.000 litros de agua, repartieron 400.000 y repararon cuatro pozos.
El Consejo de Ministros aprobó, el 22 de enero, el envío de contingentes militares en misión de ayuda humanitaria a Haití.
Días después, el 10 de febrero, el Pleno del Congreso de los Diputados ratificó esta decisión urgente del Gobierno.
Nada más producirse el seísmo, el Consejo de Seguridad de las Naciones Unidas refrendó, en su resolución 1908 de 19 de enero, la recomendación del secretario general de aumentar la dotación de la MINUSTAH para apoyar la labor inmediata para la recuperación, reconstrucción y estabilidad del país.
El terremoto sufrido por Haití el 12 de enero y las posteriores réplicas causaron más de 200.000 muertos y unos tres millones de damnificados.
El seísmo fue un duro golpe para Haití, un país ya muy castigado económicamente y políticamente. De hecho, desde 2004 la ONU mantiene activa una Misión de Estabilización (MINUSTAH) -96 de sus militares fallecieron en el terremoto- puesta en marcha tras el exilio del presidente Bertrand Aristide para poner fin al conflicto en el que estaba sumido el país.
2010