Además de las fundamentales tareas de ayuda al rescate, limpieza y desescombro en las que intervienen los efectivos de las Fuerzas Armadas en las localidades impactadas por la DANA en Valencia, la atención a la salud mental y el acompañamiento, tanto a los afectados como a los intervinientes, adquiere una vital importancia en una catástrofe de estas dimensiones.
La teniente coronel Pilar Bardera, jefa de la Sección de Psicología de la UME, dirige actualmente el equipo de apoyo psicológico en el operativo desplegado en Valencia, un total de 16 profesionales de los distintos ejércitos, a los que se les unirán próximamente otros nueve.
Aunque el esfuerzo principal de este equipo se centra en los más de 7.000 militares que trabajan incansablemente para recuperar la normalidad en la zona, también participan en el apoyo a la población civil o en tareas organizativas y de gestión de datos, hasta formar un total de cuatro células de trabajo. Como apunta la jefa del equipo de apoyo psicológico, la atención a esta parte de la salud requiere no sólo uno intervención reactiva, sino también preventiva.
Entre ellas, destaca la célula de equipos móviles, que actúa detectando necesidades y desplazándose con los efectivos militares a las zonas en las que su asistencia pueda ser más requerida, como los rescates en los que se prevé encontrar fallecidos. Allí, cumplen con la importante tarea de dar soporte emocional a los allegados de los desaparecidos. Según asegura la teniente coronel Bardera, este trabajo emocional atiende a los afectados, pero también a los intervinientes, que, a pesar de contar con una preparación previa, están viviendo situaciones especialmente duras.
Además, el equipo de la UME comienza a colaborar, a partir del miércoles, en el Punto de Atención Psicológica para Familiares de Víctimas y Desaparecidos creado por la Conselleria de Sanidad de la Generalitat, como parte de las medidas para garantizar la asistencia sanitaria a los afectados por el temporal. Asimismo, se ha establecido un centro de atención a los intervinientes de las Fuerzas Armadas en la Base de Bétera.
De acuerdo a la teniente coronel Bardera, normalizar este tipo de apoyos y desestigmatizarlos facilitan una adecuada intervención. Así, la aplicación de estas técnicas preventivas puede amortiguar el impacto de la catástrofe, para cuyo alivio las Fuerzas Armadas siguen dando lo mejor de sí mismas.